May 22, 2008
La estación espacial
Mi hijo acaba de cumplir cinco años, lo miro y me doy cuenta que el tiempo vuela. Esta tarde de verano, sobre el techo de nuestra casa, sentados sobre un contenedor de pintura vacío, oteamos el horizonte de oeste a este pues dijeron en las noticias que la Estación Espacial Internacional sería visible sobre cielos caribeños. Pedrito entonces se acuesta sobre el techo y parece estar aburrido. Al ocaso, sobre los cerros donde habita el gigante dormido, aparece una luz fulgurante que se mueve a gran velocidad sobre el límpido cielo donde comienzan a aparecer las primeras estrellas. La estación pasa sobre nosotros, silente, brillante y veloz. En menos de ocho minutos desaparece por el oriente. Pienso entonces, ¿dentro de veinte años, trabajarán nuestros hijos en estaciones orbitales, lunares o marcianas? El tiempo, tal como la estación espacial que pasó sobre nuestras cabezas, vuela. Quién sabe, espero que cuando pasen veinte años, todavía quede algo del planeta que conocimos.
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