Jun 15, 2006
Estos son Miguel y Pedro. Mi sobrino y mi hijo que por tradición llevan el nombre de sus propios padres. Tal vez esto es un intento por perpetuarnos en la memoria de las escuelas, los servicios y las iglesias de mi pueblo. Los llamarán por sus nombres y dirán,
― “Yo conocí un tal fulano que se llamaba igual que tú.” Y ellos podrán responder,
― “Ah!, ese era mi papá”. Mi hermano Mike y yo a veces nos preguntamos; ¿Cómo será el mundo al que se enfrentarán estos chicos cuando ya no estén al amparo de sus padres? Imagino que todos en algún momento nos hemos preguntado lo mismo. Por ahora todo es juego, sorpresas y amor. Trataremos de darles las herramientas necesarias para que superen los tropiezos del camino. Y también espero que gocen de su juventud tanto como lo hicimos mi hermano y yo. De hecho, todavía estamos pasándola bien.
Subscribe to:
Posts (Atom)